martes, 20 de octubre de 2009

Asesoramiento Tecnico

Anatomía del globo ocular


Esclera: Es la cubierta protectora que confiere rigidez al ojo, evitando que se deforme.
Su naturaleza colágena le proporciona la resistencia y elasticidad suficiente para soportar la presión intraocular, así como para recuperar la forma normal después de traumatismos. Su color proporciona el tono blanco característico del globo ocular.









Córnea:
Forma la cubierta protectora del ojo junto con la esclera y es completamente transparente.
Es la ventana por donde entra la luz al globo ocular. Las lentes de contacto se colocan sobre la cornea.


Iris:
Es una estructura situada por detrás de la córnea y puede ser de diferentes colores, que el color especifico a los ojos: azul, verde, marrón…
Pupila:
Es el orificio que se encuentra en el centro del iris y que regula la cantidad de luz que penetra en el interior del ojo, modificando su tamaño a modo de un diafragma: cuando hay mucha luz, la pupila se contrae para evitar el deslumbramiento, y se dilata cuando hay poca luz.



Cristalino:
Es como una lente situada en el interior del ojo, detrás de la pupila. Normalmente es transparente y permite el paso de los rayos de luz hasta enfocarlos sobre la retina, para conseguir de esta manera una imagen nítida.
Cuando el cristalino pierde su transparencia, puede provocar una disminución de la agudeza visual: se produce lo que conocemos como catarata.




Retina:
Es la capa más interna del ojo, quizá la más importante y compleja, ya que es la responsable de la función visual. Se encarga de traducir las señales luminosas en impulsos eléctricos.
Cualquier alteración de la retina puede provocar una importante disminución de visión o ceguera.





Defectos refractivos:


Miopía:
Se trata de una deficiencia de agudeza visual en visión lejana.
Esta situación se debe a que los rayos que llegan paralelos al ojo, en lugar de enfocarse sobre la retina, se enfocan por delante de esta.
Las causas de esta anomalía pueden ser la herencia genética o los factores ambientales, que se harán presentes en el momento en que al ojo se le exija un mayor esfuerzo visual.
El síntoma más frecuente de la miopía es la incapacidad para distinguir objetos con claridad a distancia. Esta afección puede ser tratada con lentes esféricas negativas en gafas o lentes de contacto.
Con miopía el plano de visión enfocado está por delante de la retina


Hipermetropía:

Este defecto refractivo hace que los objetos cercanos se vean borrosos, debido a que las imágenes que llegan a nuestro ojo no se enfocan sobre la retina sino por detrás.
Sus síntomas son una visión borrosa a menos de 6 metros y en ocasiones también los dolores de cabeza.
Se corrige mediante lentes esféricas positivas en gafas o lentes de contacto.

Con hipermetropía el plano de visión enfocado está por detrás de la retina




Astigmatismo:
Se produce cuando la curvatura de la cornea no es regular. Este defecto hace que las imágenes no se enfoquen nítidamente sobre la retina y como resultado la visión es borrosa.
El astigmatismo no suele tener síntomas, tan solo produce cierta fatiga visual y se trata con lentes cilíndricas positivas o negativas en gafas o lentes de contacto.

Presbicia:
La presbicia o también llamada vista cansada es un defecto que ocurre a partir de los 40 años y afecta a todas las personas. Se debe a que con el paso de los años se produce un endurecimiento gradual del cristalino y disminuye la capacidad de enfoque.
Sus síntomas son: visión borrosa, fatiga visual y cefaleas. Algo muy habitual en las personas que la tienen es la acción de alejar los objetos o el campo de lectura.
Se trata con la utilización de gafas bifocales, lentes progresivas y multifocales o lentes de contacto progresivas.